Sin pecado, no hay culpa

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¡Qué pena que beber agua no sea un pecado! ¡Qué bien sabría entonces!
Giacomo Leopardi


Si es cierto, debo confesar que he conocido muchas mujeres en mi vida y creo que a todas las he amado, a su manera y todas han dejado su alguna marca. La pasión es una cosa mágica, nos enciende con ardor y es probablemente el mejor afrodisiaco que conozco.
Cuando deseo enervarme a mil, me encanta salir, bailar y tomar un par de copas, lo justo para exorcizar las inhibiciones, entregándome en el frenesí de la danza colectiva, encendiendo así las mechas de mi cuerpo, invocando el deseo.
La experiencia de hacerlo de esta manera, es increíblemente sexual, lleva el aire de deseos primarios, si a además le aderezamos, con ese deseo que solo algunas personas nos provocan, si han probado ese sexo, es que han probado el sexo de muerte, cada día vivo persiguiéndolo...


Fotografía: Leeni!